La portada de The Freewheelin’ Bob Dylan, como hito de la cultura.

La icónica portada del segundo álbum de Dylan ha sido considerada como un hito de la cultura por haber marcado un antes y un después en la estética de los discos de los años sesenta. Hasta la fecha la mayoría de las portadas de discos estaban estudiadas y trabajadas con puestas en escenas y posados, pero esta era distinta, tenía la espontaneidad y sensibilidad para llegar a la gente.

El trabajo se le encarga al fotógrafo de la CBS, Don Hunstein que inicialmente empezó con algunos posados en el apartamento donde Suze Rotolo y Dylan vivían en el Village neoyorquino. Don propone en un momento de la sesión fotográfica salir fuera pese al frío que hacía ese invierno y probar algo distinto. Dylan decide ponerse una fina chaqueta de ante pero su novia llevaba dos sweaters y el abrigo, en algunos descartes se aprecia como el frío se hacía sentir en ambos.

Como probablemente le pase a otros Dylanitas, para mi es esta una de mis portadas favoritas, especialmente por como la pareja hacen tan evidente lo que sentían en ese momento. Lo que realmente me gusta es que no hay nada ostentoso en las fotos, considerando que se trata de una sesión para la portada de un disco que iba a marcar una época.