A finales de 1961, mientras Dylan grababa su primer disco, realizó un viaje a Minneapolis, en el que su amigo Tony Glover y él visitaron a Bonnie Beecher. Dylan organizó una sesión informal en su apartamento, en la que grabó 26 canciones, grabadas por Glover en una grabadora de carretes.
Esta grabación se conocería más tarde como «Minneapolis Hotel Tape» o «Minneapolis Party Tape«.
Entre las canciones de la sesión está este trepidante «Baby Please Don’t Go» con Dylan tocando la guitarra con bottleneck.